miércoles, 30 de abril de 2008

Você no remató


Román abrió el marcador que culminó con una victoria exigua

La sensación que quedó reflejada en la cara de los jugadores al término del partido camino al vestuario fue de derrota, pese a la victoria. El maldito gol de visitante, desnaturaliza al fútbol y permite que, dentro del exitismo reinante donde ganar es primordial, no sea suficiente. Los antecedentes le son favorables a Boca, desde 2000 afrontó siete enfrentamientos mano a mano con equipos brasileños y ganó los siete, de todos ellos, cinco los definió como visitante y tres de correspondieron a finales.

Las ya conocidas falencias en la definición se hicieron más notorias cuando debió liquidar el pleito con las innumerables ocasiones que generó. Boca abrió el marcador cuando nacía el partido, y pese a la parsimonia de un equipo brasileño que parece jugar sin arcos, no supo explotar las falencias defensivas del adversario. En una semana o en 270 minutos se juega el destino fútbolístico del primer semestre, con los partidos de ida y vuelta de la Copa y el Superclásico en el medio.

El equipo Xeneize jugó regulando el ritmo, sabiendo que apenas se trató del primer tiempo de un partido de 180 minutos. Cuando llegó al segundo tanto por una acción individual de Dátolo se quedó sin piernas. La mejor defensa del Boca versión 08 es el ataque, y cuando se fueron apagando progresivamente las figuras, la responsabilidad pasó a la última línea. Técnicamente los jugadores brasileños pueden ser considerados los mejores del mundo, su calidad es innegable siempre y cuando piensen en el arco de enfrente.

Cruzeiro jugó a no perder y pocas veces inquietó el arco local, aún así fue ganando confianza a meidad que menguaba el nivel del equipo auriazul y llegó al descuento fortuito que fue festejado como una victoria. Cosas del fútbol moderno. Boca pasó de un resultado moral de 3-0 al exiguo marcador final de 2-1. Las estadísticas son auspiciosas si de equipos brasileños se trata en enfrentamientos por Copa Libertadores, sin embargo, el mítico estadio Mineirao con su capacidad de 70 mil espectadores y un campo de juego de 110 x 75 metros (11,91% más grande que la Bombonera), es digno de respeto.

Cruzeiro es el virtual campeón del campeonato mineiro luego de derrotar en el partido de ida de la final a su clásico rival, Atlético 5 x 0. En la primera fase logró 10 victorias, 3 empates y una derrota, justamente en el Mineirao ante el modesto Río Branco por la mínima diferencia. En la semifinal dejó en el camino al ignoto Ituiutaba, mientras que en la primera fase enfrentó a equipos de escaso renombre como Uberaba, Democrata FC, Guaraní, Villa Nova, Social, Democrata EC, Ipatinga y Tupi, todos pertenecientes al Estado de Minas Gerais.

En la Copa ganó sus tres partidos como local en el Mineirao, uno por el repechaje y dos en la fase de grupos, mientras que el restante ante San Lorenzo lo disputó en el estadio municipal Ipatingao, con capacidad para apenas 30 mil espectadores. La empresa no resultará fácil, pero Boca sabe de qué se trata la Libertadores. Al fin y al cabo ganó 2 a 1, aunque el maldito gol de visitante nos pretenda hacer creer lo contrario.

Partido de ida de 8º de final de la Copa Libertadores 2008

Boca (2): Mauricio Caranta; Alvaro González, Jonatan Maidana, Julio Cáceres, Fabián Monzón; Fabián Vargas, Sebastián Battaglia, Jesús Dátolo; Juan Román Riquelme; Rodrigo Palacio y Martín Palermo. DT: Carlos Ischia.

Cruzeiro (1): Fabio; Charles, Thiago Heleno, Giovanny Espinoza, Marquinhos Paraná; Henrique, Fabricio, Ramires; Wagner; Guilherme y Marcelo Martins. DT: Adilson Batista.

Cambios: ST 16m Jonathan por Guilherme (C), 26m Marcinho por Wagner (C), 38m Pablo Ledesma por Vargas (B), 39m Cristian Chávez por Dátolo (B).
Goles: PT 6m Riquelme (B); ST 19m Dátolo (B), 32m Fabricio (C).
Cancha: Boca
Arbitro: Jorge Larrionda (Uruguay)
Jugado el 30 de abril de 2008

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