sábado, 20 de diciembre de 2008

Ohhh... se viene Boca campeón


Una joya. Palacio reapareció y marcó el segundo de contraataque

Es sabido que la experiencia de Boca en finales, pesa. El equipo había dado sobradas muestras de personalidad para enderezar el rumbo a mitad de camino y convertirse en candidato superando diversidad de obstáculos. Claro que al llegar a la cima tuvo que confirmar su candidatura y cedió terreno para brindarle a sus perseguidores la chance de un desempate. También es sabido que las fases regulares le pesan y debe apelar a factores externos (o internos) para encontrar la motivación necesaria con el fin de un objetivo.

En el ambiente futbolero se instaló la teoría de un triangular hecho a la medida de Boca, sospechas sobre los árbitros por sus supuestos fallos condescendientes, lamentos anticipados de hinchas y cuerpo técnico que fueron el festín de la prensa amarilla y no tanto. Todo el juego diálectico previo se vio reflejado en los primeros minutos del partido que se presentó friccionado y con los nervios propios de una final.

Tal es así que el vértigo que adquirió el encuentro frenó de golpe a los 19 minutos tras el choque de cabezas entre Silvera y Forlín que paralizó a la mayoría de los espectadores. El defensor de Boca llevó la peor parte al caer con el cuerpo inerte sobre el césped con sus ojos desorbitados y sufriendo convulsiones. Se temió lo peor y surgió la indignación espontánea por la falta de accesos de una ambulancia, evidenciando una precarización indignante por parte de los dinosaurios que conforman la monarquía futbolera.

El partido se reanudó ocho minutos más tarde pero el fútbol tardó en reaparecer. Apenas insinuó Boca con un tiro libre que Morel Rodríguez le robó a Riquelme que se fue por encima del travesaño. Luego comenzó el show de las amarillas, curiosamente teniendo como participantes a varios de los jugadores más temperamentales como Aguirre, el Chaco Torres y Morel Rodríguez.

Cuando se cumplieron los 45 minutos, Baldassi adicionó siete minutos por el lapso en que estuvo detenido el juego tras esa acción desafortunada. Una jugada sin trascendencia terminó en corner a favor de Boca que ejecutó Riquelme. Con la precisión que lo caracteriza, envió el balón al área que conectó Viatri con un frentazo para vencer la resistencia de Orión.

En el complemento Boca pareció tener dominado el control del partido hasta que en una jugada intrascendente, tras un remate de Solari desde fuera del área, Javier García no pudo retener el balón que se le coló por entre las piernas. Todo volvía como al principio, aún sin hacer San Lorenzo méritos suficientes como para empardar las acciones. Por momentos, la estructura de Boca tambaleó e Ischia mandó a la cancha a Palacio por Figueroa para impimirle mayor dinamismo al juego. Para colmo de males, Riquelme fue amonestado y llegó a la quinta amarilla por lo que debeá perderse el partido final frente a Tigre. Antes habá sucedido lo mismo con Vargas, ambos piezas fundamentales del mediocampo.

Cuando San Lorenzo transitaba el mejor momento del partido, contó con un corner a favor que ejecutó Aureliano Torres, cabeceó Aguirre y contuvo García. El arquero sacó rápido buscándolo a Dátolo, éste durmió la pelota con la zurda y la cambió hacia la derecha, Riquelme la bajó de primera hacia el corazón del área y Palacio mandó el balón al fondo del arco. Un paradigma para el manual del contraataque moderno.

Los nervios del CASLA1 fueron in crescendo y el equipo perdió definitivamente el control tras la expulsión de Aguirre por bajarlo a Palacio de una patada. En otro cambio acertado a la luz del resultado, Ischia sacó al colombiano Vargas y mando al campo a Cristian Chávez, para darle más vértigo al ataque Xeneize e intentar de liquidar el pleito. En la primera que contó el Pochi -que no actuaba desde hace más dos meses-, remató un el balón pasó cerca del palo derecho de Orión. El mediocampista insistió, y en tiempo de descuento tomó un balón en la puerta del área con perfil derecho, enganchó para la zurda y sacó un remate cruzado para marcar el 3 a 1 definitivo y dejar a Boca a un paso de una nueva estrella. El martes frente a Tigre tendrá tres resultados a favor: la victoria, el empate y hasta una derrota por un gol para consagrarse campeón luego de dos años y medio en el ámbito local.

Los hinchas del Ciclón, habían iniciado en pleno espíritu triunfalista, gestiones para habilitar la entonces clausurada cancha de Huracán para dar la vuelta en la 17ª fecha en la cara de su eterno rival. Ahora deberán conformarse con sacar la sortija en una calesita del Parque Lezama.

Síntesis del primer partido del triangular de desempate

San Lorenzo (1): Agustín Orión; Adrián González, Gastón Aguirre, Nicolás Bianchi Arce, Aureliano Torres; Pablo Barrientos, Cristian Ledesma, Juan Manuel Torres; Santiago Solari; Gonzalo Bergessio y Andrés Silvera. DT: Miguel Russo.

Boca (3): Javier García; Hugo Ibarra, Julio César Cáceres, Juan Forlín, Claudio Morel Rodríguez; Fabián Vargas, Sebastián Battaglia, Jesús Dátolo; Juan Román Riquelme; Luciano Figueroa y Lucas Viatri. DT: Carlos Ischia.

Cambios: PT 26m Cristian Chávez por Silvera (SL), 26m Facundo Roncaglia por Forlín (B), 37m Juan Carlos Menseguez por Chávez (SL); ST 18m Rodrigo Palacio por Figueroa (B), 35m Cristian Chávez por Vargas (B), 45m Santiago Hirsig por Solari (SL).
Goles: PT 45m Viatri (B); ST 16m Solari (SL), 31m Palacio (B), 45m Cristian Chávez (B).
Amonestados: PT 29m Bergessio (SL), 32m Juan Manuel Torres (SL), 41m Morel Rodríguez (B), 45m Aguirre (SL); ST 6m Vargas (B), 8m Adrián González (SL), 19m Roncaglia (B), 23m Riquelme (B), 39m Bianchi Arce (SL), 43m Dátolo (B), 43m Orión (SL), 44m Palacio (BJ), 45m Barrientos (SL).
Expulsados: ST 34m Aguirre (SL), 41m Bergessio (SL), ambos por doble amonestación.
Cancha: Racing
Arbitro: Héctor Baldassi
Jugado el 20 de diciembre de 2008

1 Club argentino sin Libertadores de América

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