viernes, 24 de abril de 2009

Gracias por otra vergüenza*




Por Leo Farinella (hincha disfrazado de periodista amarillista)

Un equipo de jerarquía resuelve un partido de esta exigencia sin depender de los humores de un payaso con silbato. Por favor, amigos, cuánta mediocridad. Ellos no jugaban por nada, ni ganas tenían y nosotros, ¿qué somos nosotros? ¿Esto somos? No somos nada.

Somos esto. Un equipo que salió último en el torneo argentino. Porque River fue último. Y no hubo cambios significativos, más allá de Gallardo y Fabbiani, que no están en plenitud. Tal vez por eso se especuló en estos días con la llegada de Edgar Davids, prácticamente retirado. River es un club a la deriva, con una conducción que quedará en la historia, que consigue la hazaña de superarse día a día, de escribir una página de vergüenza atrás de otra. ¡Y que todavía es capaz de sorprendernos!

¿Cuál será la próxima? ¿El descenso? ¿La desafiliación? ¿Cambiarán la banda roja por una azul y amarilla? River es un equipo sin jerarquía y la culpa empieza por arriba. Y después están los detalles, como poner a Nico Domingo, vital para la lucha en la Bombonera, cuando lo que hacía falta era generar juego. Pero no está bien hacer nombres en esta noche trágica. No se salva ninguno. Son todos responsables. Pero una vez, al menos por una vez, que paguen los verdaderos responsables de esta historia. Los que han convertido a River en el hazmerreír del fútbol sudamericano. Del equipo que más jugadores tenía en la Selección al que no tiene ninguno en la Selección local. Que hicieron este River de vergüenza. Igual tan grande que seguirá vivo.

*Columna publicada en el diario Olé del 24 de abril de 2008

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